Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
“Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen: ‘Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro’.
“El estudiante había respondido: ‘lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio’.
“Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta, pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
“Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio. Calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después, aplique la formula altura = 0,5 A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.
“Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras; por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
“Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contestó, éste es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura.
“Es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero, y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro, golpear con él la puerta de la casa del conserje y, cuando abra, decirle: ‘Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo’.
En ese momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). Dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar”.
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.
// Variables globales
let numToroids = 5; // Número de toroides
let minRadius = 50; // Radio mínimo del toroide más pequeño
let maxRadius = 200; // Radio máximo del toroide más grande
let rotationSpeed = 0.01; // Velocidad base de rotación
let lightSpeed = 0.02; // Velocidad de la luz orbitando
let lightRadius = 300; // Radio de la órbita de la luz
let colorStart, colorEnd; // Colores para el gradiente
function setup() {
// Crear un lienzo en modo WEBGL que ocupe toda la ventana
createCanvas(windowWidth, windowHeight, WEBGL);
// Definir los colores inicial y final del gradiente
colorStart = color(255, 0, 0); // Rojo
colorEnd = color(0, 255, 0); // Verde
}
function draw() {
// Fondo negro para resaltar los elementos
background(0);
// Luz ambiental suave para iluminar toda la escena
ambientLight(50);
// Calcular la posición de la luz puntual orbitando
let lightAngle = frameCount * lightSpeed;
let lightX = lightRadius * cos(lightAngle);
let lightY = lightRadius * sin(lightAngle);
pointLight(255, 255, 255, lightX, lightY, 0);
// Dibujar los toroides
for (let i = 0; i < numToroids; i++) {
// Calcular el radio de cada toroide (de menor a mayor)
let radius = map(i, 0, numToroids - 1, minRadius, maxRadius);
// Interpolar el color entre colorStart y colorEnd
let col = lerpColor(colorStart, colorEnd, i / (numToroids - 1));
// Guardar el estado de transformación
push();
// Aplicar rotación en X e Y, con velocidad proporcional al índice
rotateX(frameCount * rotationSpeed * (i + 1));
rotateY(frameCount * rotationSpeed * (i + 1));
// Aplicar material especular para reflejos brillantes
specularMaterial(col);
shininess(50); // Ajustar el brillo de los reflejos
// Dibujar el toroide con radio mayor y un grosor fijo
torus(radius, 20);
// Restaurar el estado de transformación
pop();
}
}
Convento de Religiosas de San Felices, Orden de Calatrava en Burgos
Desaparecido en nuestros días este edificio, y acogida su Comunidad en el Convento de Rdas. Agustinas de Santa Dorotea de esta ciudad, espero me agradecerá la posteridad que publique en este BOLETÍN dos fotograbados del primero con algunas noticias históricas sobre el mismo. A ello me mueve además del deseo de conservar su recuerdo, la condición de ser una de las fundaciones más antiguas y desconocidas, y proceder de mi país de origen. Las causas de su desaparición han sido las mismas que indiqué al tratar del Convento de San Luis, con el cual formaba calle, siendo el arranque de la de Madrid, en el barrio de Vega, a saber: las exigencias de la urbanización y necesidad de viviendas nuevas impuesta por el gran desarrollo que las vías de comunicación han proporcionado a nuestra capital.
La Comunidad actual, según se me ha dicho, no conserva documentación antigua, a causa, sin duda, de estar sujeta al Patronato de la Orden de Calatrava, donde seguramente habrá más noticias de las que yo puedo ofrecer.
Primeramente estuvo instalada en tierra de Villadiego, y llevó el nombre de San Felices de Amaya, por estar enclavado en su alfoz, y en el siglo XIV la población donde se levantaba la Casa figura en el Becerro de las Merindades de Castilla con el de Los Barrios de San Felices de Amaya.
Dichos barrios llevaban los nombres de San Pedro, San Andrés y San Vicente. El primero se hallaba al norte del único que subsiste (Barrio de San Felices, donde estuvo el monasterio), sobre una colina a un kilómetro de distancia, el segundo al S.O. a ochocientos metros al pie de la cuesta llamada la Subía, y el tercero entre San Quirce y Quintanilla Río Fresno. Los dos primeros habían desaparecido ya en 1709, como se ve por el Libro de Visita eclesiástica (Archivo Diocesano). De ellos no volvemos a tener noticias hasta mediados del siglo XIV, como se verá después.
Del convento aseguran algunos que existía ya desde 918 en tiempo del rey Ordoño III, con comunidad de religiosas del orden de San Benito, en cuyo caso la fundación de Calatrava no sería más que una restauración del anterior.
De ella escribe el P. Flórez de Setién, que fue su principio en 1219, siendo Maestre de la orden D. Gonzalo Yáñez, al cual recurrieron D. García Gutiérrez y su mujer D.ª María Suárez, caballeros ilustres y hacendados, ofreciendo hacer casa donde viviesen en comunidad y vida regular las mujeres del orden de Calatrava; y el Maestre les dio la casa de San Felices y los Barrios, a la cual dotaron dichos señores con los bienes que tenían en Santoyo, Astudillo y en Quintanilla Río Fresno con los muebles y trescientos maravedís de oro para la obra. El Maestre de la orden contribuyó también, conforme refiere la escritura publicada en Rades (Crónica de Calatrava, fol. 35, hecha en 1219), y añade que en el año siguiente ya había monjas, y fue enterrado allí el mencionado don García Gutiérrez.
El papa Honorio III recibió bajo su protección a estas Religiosas en 1220, como lo consigna el Binario de Calatrava en la bula de este año. (España Sagrada, tomo 27, cap. XVIII, pág. 308).
Alfonso X, en 10 de noviembre de 1259, le hizo donación de San Felices de Amaya con la jurisdicción de Quintanilla y Cañizar (de Amaya), con todos sus términos, lo cual confirmaron todos los reyes hasta Enrique IV.
Tiene otro privilegio de don Alfonso y la reina D.ª Violante, confirmado por don Juan II, año de 1417, en que les concedió Quintanilla Barrio de Río y Fresno (sic) con todos sus derechos, pechos, prados y fuentes, con jurisdicción temporal. Esto, que consta en la Historia eclesiástica de Burgos, manuscrito inédito de Castillo, debe entenderse de Quintanilla Río Fresno. Añade, que cuando se escribía esta historia, año de 1697, sólo gozaba de las rentas, y lo mismo ocurría en el lugar de San Felices, donde sólo tiene la jurisdicción espiritual y ponía allí un capellán.
El mismo manuscrito copia el epitafio colocado en la iglesia de Burgos, al lado del Evangelio, en que se consignan las principales donaciones hechas a la fundación primitiva. Decía así:
“En esta casa de San Felices orden de Calatrava yazen los cuerpos de los excelentísimos bienhechores de ella por cuyas almas somos obligados a rogar a Dios perpetuamente. Por la excelentísima señora doña Leonor Gutiérrez, hija del conde don Gonzalo Núñez de Lara y mujer de Rui Fernández de Castro, hijo de don Giraldo Vizconde de Cabrera y de la señora doña Leonor Ruiz de Castro, su mujer, que mandó a esta Real Casa mucha parte de su hacienda. Y por los excelentísimos señores don Fernando Ruiz de Castro y doña Leonor Gutiérrez, su mujer, que dieron a esta Real Casa las sus villas de Cigales y Mucientes, y la dicha señora doña Leonor fue casada con el infante don Felipe, hijo de don Fernando el Santo. Están sepultados en esta Real Casa en el lado de la epístola.”
Continúa: “Del mismo modo está otro epitafio al lado de la epístola con las mismas razones; sólo añade que les dieron sus casas de San Felices y los Barrios con todo lo que les pertenecía.” Suponemos se referirá a los primeros fundadores.
El manuscrito de Castillo dice que está enterrado en este convento el infante don Felipe, hijo del rey don Fernando; pero está sobradamente averiguado que, si alguna vez se trató de llevarle a la iglesia donde era monja su hija Isabel, fue por último depositado en la capilla de la derecha de la iglesia de Villalcázar de Sirga, entre Frómista y Carrión de los Condes, en magnífico sepulcro ojival policromado.
El libro manuscrito de mi propiedad, titulado “Matrícula de este archivo de San Miguel (de Treviño) sacado de sus escrituras, año de 1739”, que consta de 137 folios, tamaño grande, forrado en pergamino, copia algunas donaciones hechas por religiosas de aquel convento al de San Miguel de Premonstratenses, muy próximo a San Felices, las cuales demuestran la importancia adquirida ya en sus primeros tiempos, y que pongo a continuación, pues suministran nombres de religiosas de las familias más nobles del país y aún de Castilla, con señorío en pueblos próximos al convento, como Sandoval y Tobar.
1.ª Donación original que en los Barrios de San Felices hizo doña Guizabel, hija del infante don Felipe y monja en el convento de San Felices de Amaya, con licencia de su abadesa, al Monasterio de San Miguel de Villamayor de Treviño, y a su abad don Juan, de lo que heredó en dichos barrios de don Julián, por su alma y la de dicho don Julián, y por dos aniversarios que han de cantar: el uno el día de la Asunción de Nuestra Señora, y el otro el día de San Marcos, y que el día de cada aniversario den a la Comunidad buena pitanza de pescado o carne y dos cántaras de vino; lo que aceptaron Comunidad y Abad, y juraron en forma su cumplimiento. (Cajón 1, leg. 1.ª, núm. 10).
2.ª Donación original que hizo doña Sancha González de Sandoval, monja en San Felices de Amaya con licencia de doña Elvira, su abadesa, y de don Gonzalo Gutiérrez, abad de Castrojeriz, a favor de este Convento y su abad don Esteban, de cuanto tenía en términos de Villahizán de Treviño, con solares, eras y molinos, porque el convento le dé mientras viva ochenta fanegas de pan, cuarenta de trigo y cuarenta de cebada. 10 de febrero de 1297. (Cajón 1, leg. 2, núm. 3).
3.ª Donación original, que doña Sancha Fernández, hija de Fernán Sánchez de Tobar, monja en el Convento de San Felices de Amaya, hizo al de Villamayor de Treviño y a su abad don Esteban con licencia de doña Elvira su abadesa, de dos tierras en Bobardula (Guadilla de Villamar) cabo nuestra casa de Santibáñez; linderos de la una: por cierzo y ábrego este Convento, y por regañón y solano, María García hija de Rui García; y de la otra parte: por cierzo, dicha María García; por ábrego el abad de Cervatos; por regañón el arroyo de Fuengrán, y por solano este Convento, porque se haga en él un aniversario perpetuo el día en que finare, y que en él den a la Comunidad buena pitanza de carne, pescado y vino. 3 febrero de 1294. (Cajón 1, leg. 2, núm. 4).
A mediados del siglo XIV, según el Libro Becerro citado, los Barrios de San Felices de Amaya seguían siendo abadengos del Convento. Después de consignar que los vecinos pagaban al rey monedas y servicios; pero no fonsadera, porque el dicho tiene privilegio, “en que son quitos della”, expresa los derechos del mismo, a saber:
“Dan cada año por martiniega cada ome que ha par de bueyes, cuatro maravedís y tres fanegas de pan, trigo y cebada. Et el que ha un buey, que da dos maravedís y fanega e media del dicho pan, et el que non ha buey, e ha heredat, un maravedí e una fanega del mismo pan. Et que dan en el dicho lugar por enfurción, cada ome casado cuatro dineros, e el que non es casado, que non da ninguna cosa.”
El papa Juan XXII, el año 1310, hizo a este convento libre de pagar diezmos y exento de toda jurisdicción, y lo mismo a todos los capellanes, ministras y criados, y le recibe bajo su protección y amparo particular.
El P. Flórez de Setién añade que don Fernando Ruiz de Castro y su esposa le donaron, además de las villas citadas, varios bienes en Íscar y Cuéllar, con los cuales perseveró en los Barrios hasta el año 1568, en que el rey Felipe II mandó a don Luis Álvarez de Solís, prior del Convento de Calatrava, y a fray Francisco Rades, hacer la traslación desde allí a Burgos, como lo ejecutaron, siendo abadesa doña Beatriz Manrique de Valencia.
LUCIANO HUIDOBRO Y SERNA
imágenes del Convento de San Felices de Calatrava (Burgos)
La consulta se refiere a un artículo histórico sobre el Convento de Religiosas de San Felices (Orden de Calatrava, en Burgos), cuyas imágenes (portada de la iglesia, interior y tres arquetas) aparecen en un PDF con calidad deficiente. A continuación se detalla cómo proceder para obtener imágenes de mayor calidad o equivalentes fieles a las originales, recurriendo a fuentes históricas confiables (archivos, bibliotecas digitales, museos, bases de datos patrimoniales, etc.), dado que una simple restauración de las imágenes escaneadas podría no ser viable sin perder fidelidad.
Dificultades de las imágenes originales y su restauración
Las imágenes de referencia provienen de un boletín publicado en 1942 por Luciano Huidobro Serna en el Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos de Burgos, donde incluyó dos fotograbados del convento (portada e interior) acompañando a su estudio histórico. Estas ilustraciones son reproducciones tipográficas antiguas (“fotograbados”) que, al estar ahora en formato digital escaneado, presentan baja resolución, tramas de imprenta y pérdida de detalle.
Restauración digital: Mejorar significativamente su calidad manteniendo la fidelidad histórica es complejo. Requeriría técnicas avanzadas de procesado de imagen (p. ej. filtrado de trama, aumento de resolución por IA) y aún así el resultado puede ser limitado. Si se busca la máxima fidelidad, es preferible acudir a imágenes originales de mejor origen, en lugar de manipular las impresas en el PDF.
Fuente original: El propio artículo de Huidobro es accesible en el repositorio de la Universidad de Burgos (RiUBU)riubu.ubu.es. Sin embargo, allí las imágenes aparecen con la misma calidad de impresión de 1942. Huidobro anticipaba el valor documental de esas fotos debido a que “desaparecido en nuestros días este edificio” (el convento) publicaba dichas imágenes para la posteridadfile-vyjb7nrf4e4raawmvmmthe. Por tanto, no existen fotos modernas del edificio, y debemos buscar en archivos históricos las fotografías originales a partir de las cuales se hicieron esos fotograbados.
Búsqueda de imágenes en fuentes históricas
El convento ya no existe físicamente (fue demolido en 1933 durante la II República para urbanizar la zona de Plaza Vega/Calle Madriddiariodeburgos.esdiariodeburgos.es), las imágenes más fieles serán aquellas tomadas antes de su desaparición, conservadas en archivos o museos. Asimismo, las tres arquetas medievales mostradas en el artículo pueden encontrarse aún en las localidades mencionadas o en depósitos museísticos. A continuación se sugieren estrategias y fuentes para cada elemento:
Portada de la iglesia del convento
La portada era la fachada de la iglesia del convento en Burgos capital. Tras la exclaustración de las monjas en 1933, el convento (ubicado en la Plaza de Vega, donde hoy está la estación de autobuses) fue derribado poco despuésdiariodeburgos.esdiariodeburgos.es. Por ello, cualquier imagen de su portada debe provenir de fotografías históricas. Fuentes a consultar:
Archivos fotográficos institucionales: La Fototeca del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) y el Archivo Histórico Nacional resguardan colecciones fotográficas de las Comisiones de Monumentos. Es posible que allí se conserven placas o copias de la portada de San Felices tomadas antes del derribo (por ejemplo, encargadas por la Comisión Provincial de Monumentos). Se recomienda buscar por “Burgos – Convento de San Felices” en dichos archivos. (Nota: Aunque no tenemos una cita directa de IPCE para este caso, estas instituciones suelen tener material de monumentos desaparecidos.)
Archivo Municipal de Burgos (Fondos de Castilfalé): En el archivo municipal se guarda la documentación del derribo de 1933diariodeburgos.es, que podría incluir planos, memorias o incluso fotos del edificio antes de su demolición. Dado que a Félix Villalaín se le adjudicó el derribo por 3.027 pesetasdiariodeburgos.es, en esos expedientes podrían haberse incorporado fotografías del estado del convento. Consultar este archivo o sus publicaciones podría arrojar imágenes de la portada.
Bibliotecas digitales y hemerotecas: Revisar la Hemeroteca Digital (Biblioteca Nacional de España) o la prensa local de la época (por ejemplo, Diario de Burgos en 1933) puede ser útil. Los diarios a veces publicaron fotografías de edificios notables antes de su demolición. Una búsqueda en la prensa de 1932-1934 sobre “Convento de San Felices” podría recuperar alguna imagen de la fachada o noticias de su destrucción.
Publicaciones especializadas antiguas: Obras del primer tercio del s.XX sobre arte burgalés, guías ilustradas o revistas patrimoniales podrían haber incluido grabados o fotos. Por ejemplo, la Revista “Voluntad” o el Boletín de la Institución Fernán González (si bien Huidobro ya publicó en el Boletín de Monumentos). También la Biblioteca Virtual de Patrimonio Bibliográfico y Europeana reúnen libros y postales antiguas: conviene probar con términos como “Iglesia de las Calatravas Burgos” o “Convento San Felices Burgos”.
En resumen, para la portada la mejor opción es localizar la fotografía original que Huidobro utilizó. Esa foto posiblemente esté en los archivos mencionados, de donde se podría obtener un escaneo de alta calidad (mejor que el fotograbado impreso).
Interior de la iglesia
Junto a la portada, Huidobro publicó una imagen del interior de la iglesia del conventofile-vyjb7nrf4e4raawmvmmthe. Este interior también quedó documentado solo en esas fotos históricas. Para encontrar una imagen de mejor calidad:
Se aplican las mismas fuentes que para la portada: los archivos fotográficos históricos. Es probable que las fotos del interior procedan del mismo reportaje fotográfico que las de la fachada, realizadas antes del cierre del convento. La Comisión de Monumentos solía fotografiar no solo exteriores sino también elementos valiosos del interior (retablos, sepulcros, etc.). Por ello, buscar en archivos nacionales/municipales con palabras clave del convento puede dar resultado.
Otra posible fuente son las propias monjas Calatravas. En entrevistas recientes, ellas mencionan conservar “pocas fotos” del antiguo monasteriodiariodeburgos.es. Podría ser interesante, si fuera posible, contactar con la comunidad (hoy en el Barrio de San Cristóbal, Burgos) o con el Archivo Diocesano de Burgos por si guardan álbumes fotográficos históricos de sus conventos.
En caso de no hallarse una foto independiente de mayor calidad, se podría intentar obtener del repositorio de la Univ. de Burgos la imagen con la resolución original del PDF (quizá algo mejor que la impresión física) o incluso solicitar al Museo de Burgos (heredero de bienes del convento) si posee documentación visual. Recordemos que parte del patrimonio mueble de conventos desaparecidos de Burgos fue a parar al Museo Provincialdiariodeburgos.es, por lo que aunque no tengan la iglesia, podrían conservar por ejemplo fotografías de retablos o piezas del interior.
Arquetas de Valdorros, Terradillos de Esgueva y Barrio de San Felices
Huidobro ilustró su artículo con tres arquetas (pequeños cofres o relicarios) marcadas como Núm.1 – Valdorros, Núm.2 – Terradillos de Esgueva y Núm.3 – Barrio de San Felicesfile-vyjb7nrf4e4raawmvmmthe. Estas arquetas se mostraron “como recuerdo de esta fundación, a la vez que otras, prueba de la importancia de estos objetos del mobiliario eclesiástico en este país”. Es decir, la arqueta N.º3 probablemente pertenecía al antiguo monasterio (y acabó en la iglesia de Barrio de San Felices, en Amaya, tras la primera despoblación), mientras que las otras dos son piezas similares localizadas en pueblos cercanos.
Para obtener imágenes fieles de estas arquetas, se aconseja:
Archivo y catálogo diocesano: Verificar si el Inventario Artístico de la Diócesis de Burgos o los archivos parroquiales tienen fotografías. Las parroquias de Valdorros (San Esteban) y Terradillos de Esgueva (San Andrés) podrían poseer imágenes o incluso las propias arquetas aún. Contactar a los párrocos o al Archivo Diocesano podría brindar fotos actuales de estos relicarios, si siguen en las iglesias. Muchas diócesis han digitalizado sus bienes en bases de datos internas.
Museos regionales: Si por razones de seguridad las arquetas fueron depositadas en museos, habría que buscarlas en colecciones públicas. El Museo de Burgos (Provincial) en ocasiones alberga arquetas medievales de marfil, madera forrada o cuero provenientes de iglesias de la provincia. Por ejemplo, allí se guarda la famosa arqueta andalusí de Silosmuseoscastillayleon.jcyl.es. Sería útil consultar los catálogos del Museo de Burgos o la Junta de Castilla y León – Museos para ver si mencionan piezas de Valdorros o Terradillos. Asimismo, el Museo del Retablo (iglesia de San Esteban en Burgos) conserva mucho patrimonio religioso trasladadodiariodeburgos.es, aunque principalmente retablos y escultura, podría valer la pena indagar si alguna arqueta está expuesta o almacenada allí.
Bibliotecas digitales especializadas: Herramientas como el Catálogo Monumental de España (c.1900) o publicaciones de viajeros e historiadores de arte pueden incluir dibujos/fotos de relicarios. Por ejemplo, revistas como “El Arte en España” o “Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos” (RABM) en el s. XIX-XX a veces publicaban fotografías de objetos artísticos provinciales. Una búsqueda en la Biblioteca Digital Hispánica con términos arqueta Burgos, Valdorros, Terradillos podría dar resultados inesperados.
Documentación del artículo de Huidobro: En la nota 6 del artículo original, Huidobro describe brevemente estas arquetas. Por contexto, la de Barrio de San Felices estaría ligada al monasterio fundacional (quizá conteniendo reliquias de alguna santa o noble patrona). Las de Valdorros y Terradillos de Esgueva tal vez fueran mencionadas porque son coetáneas (siglo XIV-XV) y ejemplo de los tesoros dispersos de las Calatravas. No se descarta que Huidobro mismo donara o recomendara trasladar alguna de ellas al Museo de Burgos. Revisar esa nota completa (pág. 49 del boletín) podría dar pistas de su datación y estilo, facilitando identificarlas en inventarios museísticos por sus características (por ejemplo, si son de marfil tallado, madera policromada, con arcaduras góticas, herrajes, etc.).
En cualquier caso, las imágenes más fieles de estas arquetas se obtendrían fotografiando directamente las piezas originales hoy. Si eso no es posible de inmediato, quizás alguna biblioteca digital patrimonial tenga fotografías históricas: la Fototeca del Patrimonio Histórico (PARES) o incluso bancos de imágenes en línea como Europeana podrían contener fotos antiguas de iglesias de Burgos con sus relicarios. Por ahora, sabemos por Huidobro qué piezas buscar (tres arquetas identificadas por localidad)file-vyjb7nrf4e4raawmvmmthe.
Conclusión: Resumen de fuentes recomendadas
En síntesis, para mejorar la calidad de las imágenes del Convento de San Felices y sus arquetas, se recomienda combinar investigación archivística y recursos digitales históricos en lugar de intentar una simple mejora técnica de los escaneos. Concretamente:
Consultar el repositorio de la Univ. de Burgos y el artículo original de 1942file-vyjb7nrf4e4raawmvmmthe (para confirmar detalles y quizá obtener un escaneo mejor del original impreso).
Acudir a archivos especializados (IPCE, AHN, Archivo Municipal de Burgos) en busca de fotografías originales de la fachada e interior del convento antes de 1933, que ofrezcan mayor nitidez que las reproducciones impresas.
Explorar museos y archivos diocesanos para localizar las arquetas de Valdorros, Terradillos y Barrio de San Felices, obteniendo fotografías actuales o históricas de alta calidad de estas piezas. Parte del patrimonio eclesiástico burgalés está hoy en museos provincialesdiariodeburgos.es, por lo que es viable que allí se encuentren o al menos sepan del paradero de estos cofres.
Utilizar bibliotecas digitales (Hispana, Europeana, BNE, etc.) y hemerotecas para hallar imágenes equivalentes (grabados, planos o fotos antiguas) del convento y sus tesoros. Dado que las Calatravas de Burgos celebraron en 2019 su 8º centenario, algunas publicaciones recientes recapitulan su historia con documentación gráfica que podría ser útilarchiburgos.esdiariodeburgos.es.
En conclusión, si no es posible restaurar con fidelidad las imágenes del PDF, la vía más rigurosa es reemplazarlas por imágenes obtenidas de fuentes históricas oficiales, asegurándose de citar su procedencia. Esto garantizará que las ilustraciones del convento de San Felices de Calatrava (portada, interior y arquetas) en el trabajo final sean lo más fieles y de la mejor calidad posible, apoyadas por la evidencia documental disponible.
Fuentes consultadas: Boletín de la Comisión de Monumentos de Burgos (Luciano Huidobro, 1942)file-vyjb7nrf4e4raawmvmmthefile-vyjb7nrf4e4raawmvmmthe; Noticias históricas del Diario de Burgosdiariodeburgos.esdiariodeburgos.es; Archivos y museos provinciales de Burgos (referencias sobre traslado de patrimonio)diariodeburgos.es; Archidiócesis de Burgos (noticias del VIII centenario)archiburgos.es, entre otros. Estas fuentes respaldan la información sobre la desaparición del convento, la ubicación de sus restos muebles y la necesidad de recurrir a archivos para obtener imágenes fieles.
En la enseñanza, algunas veces el que más aprende es el profesor.
Pero lo mismo que 2 no discuten si uno no quiere, no sé aprende si uno no quiere.
¿Qué podrían ayudar a conectar con los alumnos?
1. Conectar el aprendizaje con un propósito personal
Muchos estudiantes pierden interés porque no ven la relevancia de lo que estudian en su vida. Un mensaje clave podría ser: “No estudias solo para aprobar, sino para construir algo que te dé poder: conocimiento que te abra puertas, te haga independiente y te permita crear tu propio camino.”
Estrategia: Ayúdales a identificar cómo los temas del curso se relacionan con sus intereses o metas futuras. Por ejemplo, si estudian ingeniería pero no ven el punto, muéstrales cómo un concepto puede aplicarse a algo tangible, como diseñar un producto o resolver un problema real. La Técnica Feynman puede ayudar aquí: pídeles que expliquen un concepto en sus propios términos, conectándolo con algo que les importe.
2. Fomentar la curiosidad a través de preguntas
En lugar de imponer el aprendizaje, despierta su curiosidad haciéndoles preguntas que los hagan pensar. Por ejemplo: “¿Qué harías si tuvieras que resolver este problema en el mundo real? ¿Cómo usarías esto para mejorar algo que te gusta?”
Estrategia: Usa el método socrático o actividades prácticas que los obliguen a cuestionarse y explorar. La Técnica Feynman fomenta este enfoque al pedirles que simplifiquen y expliquen, lo que puede encender una chispa de interés al descubrir que entienden más de lo que creían.
3. Cambiar la mentalidad sobre el fracaso
Muchos estudiantes evitan comprometerse porque temen fallar o no estar a la altura. Puedes decirles: “No se trata de ser perfecto, sino de avanzar un paso a la vez. Cada error es una oportunidad para entender mejor.”
Estrategia: Crea un entorno donde los errores sean parte del proceso de aprendizaje. Por ejemplo, asigna tareas donde deban aplicar la Técnica Feynman (explicar un tema en términos simples) y da retroalimentación positiva, enfocándote en el esfuerzo más que en el resultado.
4. Mostrar el valor del aprendizaje activo
Muchos estudiantes que solo quieren “cubrir el expediente” se enfocan en memorizar para aprobar exámenes, no en aprender. Puedes motivarlos con: “Memorizar te saca del examen, pero entender te lleva a crear, innovar y destacar en lo que hagas.”
Estrategia: Introduce la Técnica Feynman como un juego: pídeles que enseñen un concepto a un compañero o que lo expliquen como si fuera para un niño. Esto no solo hace el aprendizaje más dinámico, sino que también les muestra que entender profundamente es más gratificante que solo aprobar.
5. Ser honestos sobre el “por qué” de la universidad
Algunos estudiantes sienten que la universidad es una obligación social, no una elección propia. Un mensaje directo podría ser: “Estás aquí porque tienes la oportunidad de construir algo único para ti. Si no quieres aprender por las notas, hazlo por lo que puedes llegar a ser.”
Estrategia: Fomenta la reflexión personal. Pídeles que escriban o discutan qué los motiva (o no) y cómo ven su futuro. Relaciona esto con la Técnica Feynman: al explicar algo en sus propios términos, pueden descubrir qué les apasiona o cómo el conocimiento puede servirles.
6. Crear un entorno de aprendizaje significativo
A veces, la falta de interés surge de un sistema educativo que prioriza calificaciones sobre aprendizaje. Como educadores, podemos contrarrestar esto: “No se trata de la nota, sino de lo que te llevas contigo. Lo que entiendas hoy puede ser la herramienta que uses mañana para cambiar tu vida.”
Estrategia: Diseña actividades que rompan la rutina, como proyectos prácticos, debates o problemas del mundo real. La Técnica Feynman encaja aquí al animar a los estudiantes a enseñar lo que aprenden, lo que los hace protagonistas de su propio proceso.
Reflexión final
La Técnica Feynman es una herramienta poderosa porque transforma el aprendizaje en un acto activo y personal, pero no funcionará si el estudiante no encuentra un motivo para involucrarse. La clave es ayudarles a descubrir su “por qué“. Esto puede implicar conversaciones honestas, mostrarles aplicaciones prácticas o simplemente darles espacio para explorar sin miedo al juicio. “No se aprende si uno no quiere“, pero a veces el deseo de aprender surge cuando se encuentra ayuda a ver el valor de lo que están haciendo.
La Realidad Virtual Inclusiva está transformando la forma en que concebimos la tecnología, eliminando barreras y promoviendo la inclusión. A través de una serie de vídeos en YouTube, el equipo de la UBU ha compartido los hitos de este inspirador proyecto. Aquí te presentamos su evolución, desde sus inicios hasta sus desarrollos más recientes, en una línea de tiempo clara y atractiva.
Descripción: Todo comienza aquí con el proyecto V R i R V: Realidad Virtual Inclusiva: virtualidad Real. El Prof. Pedro Luis Sánchez Ortega, del departamento de Ingeniería Electromecánica, presenta la investigación inicial para crear experiencias de realidad virtual accesibles, sin necesidad de mandos tradicionales. Este vídeo marca el punto de partida de una misión: hacer la tecnología inmersiva inclusiva para todos.
Descripción: Este vídeo profundiza en el propósito social del proyecto. El Prof. Sánchez Ortega explica cómo la realidad virtual inclusiva puede promover la igualdad de oportunidades, permitiendo que personas con diversas capacidades accedan a estas experiencias. Es un recordatorio poderoso de que la tecnología no solo innova, sino que también une.
Descripción: El proyecto da un gran paso adelante con una demostración en la Expo Industria 4.0 del encuentro #3burgosi40. El Grupo de investigación DINPER de la UBU presenta un prototipo tecnológico que muestra aplicaciones prácticas de la realidad virtual inclusiva. Este breve pero impactante vídeo refleja cómo la teoría se convierte en realidad tangible.
Descripción: Apenas unos días después, se presenta el proyecto + V R i R V, una evolución del trabajo inicial. Este vídeo detalla nuevos avances técnicos y aplicaciones, mostrando el ritmo acelerado del equipo. Es un testimonio del compromiso continuo con la innovación inclusiva, también coordinado por el Prof. Sánchez Ortega.
Diciembre de 2024: Impacto en la Comunidad
Descripción: Este vídeo dinámico y breve nos ofrece una mirada rápida al impacto del proyecto de Realidad Virtual Inclusiva en la comunidad, posiblemente a través de una exhibición o evento en la Estación de la Ciencia y la Tecnología. Su formato compacto y visualmente atractivo está diseñado para captar la atención en redes sociales, destacando cómo la tecnología inclusiva sigue llegando a públicos más amplios en contextos educativos y públicos. Semana de la Ciencia
Descripción: El vídeo más reciente nos lleva al futuro con Isla Nemo: Una aventura accesible. Esta experiencia inmersiva, diseñada para ser accesible a personas con diversas capacidades, representa un hito significativo. Es el resultado de años de investigación y un ejemplo brillante de cómo la tecnología puede ser inclusiva y emocionante a la vez. Abril 2025: Investigación y Educación
Participación en FITECU ZAMORA
El Grupo DINPER, liderado por la profesora Rosa María Santamaría Conde, participó en la II edición de FITECU (Feria Internacional de Innovación y Tecnología al Servicio de Cuidados), que tuvo lugar del 20 al 22 de febrero de 2025 en Zamora. En este evento, el grupo presentó su proyecto “Realidad Virtual Inclusiva, Virtualidad Real (VRiRV)”, enfocado en entender las necesidades de las personas con discapacidad en entornos de realidad virtual para hacerlos más accesibles e inclusivos. Como parte de esta iniciativa, también exhibieron la aplicación “Isla Nemo. Una aventura accesible”, un juego interactivo diseñado para promover la inclusión a través de experiencias adaptadas.
El proyecto VRiRV destacó al ser finalista en los OPEN 2023 AWARDS, un reconocimiento que subraya su innovación y calidad. Según el artículo de la Universidad de Burgos, esta participación refleja el compromiso de DINPER con la investigación aplicada para mejorar la calidad de vida de todos, especialmente de colectivos vulnerables.
El proyecto “Isla Nemo”, desarrollado por la Universidad de Burgos (UBU), ha destacado en el ámbito de la tecnología inclusiva, siendo premiado como una buena práctica en investigación durante el I Congreso Tecnodependencia Castilla-La Mancha 2025. Este evento, celebrado en Alcázar de San Juan los días 15 y 16 de mayo de 2025, reunió a expertos, administraciones y empresas para explorar el uso de tecnologías avanzadas en el cuidado de personas dependientes. “Isla Nemo”, una aplicación de Realidad Virtual Inclusiva, fue reconocida por su innovación y su capacidad para ofrecer experiencias accesibles a personas con diversas necesidades, en el marco del proyecto DIRTTE, cofinanciado por el Ministerio de Ciencia.
Conclusión: Un Camino hacia la Inclusión
Desde su lanzamiento en febrero de 2023 hasta los avances de abril de 2025, el proyecto de Realidad Virtual Inclusiva ha recorrido un camino impresionante. Ha pasado de conceptos iniciales a demostraciones prácticas y experiencias completas como Isla Nemo, siempre con un enfoque claro: hacer la tecnología accesible para todos. Este viaje no solo destaca la innovación técnica, sino también el impacto social que puede tener la realidad virtual.
Te invitamos a ver estos vídeos en YouTube y descubrir cómo la UBU está liderando el camino hacia un futuro más inclusivo. ¿Qué opinas de esta evolución? ¡Comparte tus ideas!