BCI interfaz cerebro computador

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Cerebro y tecnología: una nueva era para la salud mental

Desde el laboratorio DINper de la Universidad de Burgos, están liderando la investigación y el uso de interfaces entre el cerebro y las nuevas tecnologías, revolucionando la interacción hombre-máquina.

Pedro Luis Sánchez Ortega, investigador de la Universidad de Burgos
Oscar Corcuera

La tecnología avanza cada día para ofrecernos dispositivos que nos permitan aprender y mejorar nuestra salud mental con técnicas innovadoras. El grupo DINper de la Universidad de Burgos se encuentra trabajando con el dispositivo Emotiv MN8, un aparato portátil que examina y monitorea el desarrollo de la actividad cerebral de forma continua, basándose en señales de EEG (Actividad cerebral registrada por electroencefalograma). 

Este pequeño aparato captura en tiempo real datos de patrones cerebrales relacionados con estados cognitivos como el estrés, la concentración y la relajación, y una vez obtenidos los datos, facilita a los usuarios comprender y gestionar su bienestar cognitivo.

Pedro Luis Sánchez Ortega, investigador de la Universidad de Burgos dentro del grupo DINper (Diseño Inclusivo Personalizado), señala que el concepto de trabajar en este campo surgió como continuación natural de sus investigaciones sobre interfaces hombre-máquina.

Pensado para la vida cotidiana, este dispositivo combina su diseño discreto con aplicaciones móviles avanzadas que transforman los datos recogidos en métricas claras y útiles que facilitan la toma de decisiones informadas que mejorarán la calidad de vida de sus usuarios.

Por ejemplo, una persona puede identificar momentos de mayor tensión y adoptar medidas preventivas, como practicar técnicas de relajación o modificar su entorno para mejorar su concentración. Sánchez Ortega enfatiza que esta tecnología no solo facilita la supervisión, sino que sirve de gran ayuda a las personas para tomar decisiones informadas sobre su salud mental.

El MN8 se posiciona así como una herramienta muy versátil, ya que funciona con tan solo dos sensores que se introducen en los canales auditivos, por lo que es fácil de usar y portátil como unos auriculares de música. Su aplicación se extiende a diferentes ámbitos como la salud laboral, la educación y la vida personal. Sánchez Ortega explica que no solo registra la actividad cerebral, sino que también proporciona entrenamiento cognitivo para mejorar algunos estados mentales. Por ejemplo, en entornos laborales, podría utilizarse para controlar el estrés y mejorar la productividad, lo que supone una mejor gestión de los factores generales que desencadenan las bajas laborales. En educación, estas herramientas tienen un enorme potencial para diagnosticar e intervenir en etapas tempranas de dificultades cognitivas, favoreciendo el desarrollo global de los estudiantes.

Además de su eficacia ya testada, el MN8 ha demostrado ser especialmente eficaz en situaciones donde otras alternativas no son factibles. El grupo DINper está colaborando con organizaciones de personas con discapacidad para indagar cómo las interfaces cerebro-computadora (BCI) pueden proporcionar opciones de comunicación y control. Esto abre nuevas oportunidades para individuos con restricciones severas, permitiéndoles interactuar con su entorno mediante señales neuronales.

La electroencefalografía (EEG) es el fundamento de esta tecnología. Se trata de un método no invasivo que mide la actividad eléctrica del cerebro a través de electrodos ubicados en el cuero cabelludo. Las señales registradas permiten reconocer patrones cerebrales relacionados con diferentes estados mentales, como relajación, concentración o estrés. En el caso del MN8, esta tecnología se adapta a un diseño portátil y accesible que no requiere el uso de geles ni configuraciones complicadas, lo que lo convierte en una herramienta útil para el día a día.

El MN8 forma parte de una serie de dispositivos de la marca Emotiv que incluye modelos como el Insight y el EPOC, cada uno adaptado a necesidades específicas, desde la investigación ligera hasta aplicaciones avanzadas en neurociencia y medicina. El Insight, por ejemplo, está concebido para la educación y proyectos ligeros de investigación, mientras que el EPOC se utiliza en entornos médicos y de investigación avanzada. No obstante, Sánchez Ortega destaca que el MN8 es el más accesible y práctico para usuarios generales, gracias a su diseño minimalista y su enfoque en el bienestar personal.

El proyecto se encuentra en desarrollo, y el grupo DINper vela porque los resultados de las pruebas realizadas hasta la fecha sean totalmente fiables. Esto incluye la cooperación con expertos en salud, asegurando que los hallazgos alcancen los estándares exigidos. Para Sánchez Ortega, el escrutinio científico es vital para cimentar la confianza en estas tecnologías y potenciar sus efectos.

El equipo investiga la fusión de estos dispositivos con avances similares, como la IA y la RV, expandiendo potencialmente el uso de la BCI en simulaciones y recuperación cerebral. Al unir MN8 con inteligencia artificial, se pueden ajustar métricas y consejos a la medida de los hábitos del usuario. De igual manera, espacios virtuales aumentados podrían ofrecer escenarios eficaces para la formación cognitiva o el control del estrés. Sánchez Ortega recalca que estas combinaciones prometen revolucionar nuestro enfoque en el cuidado de la salud mental y ampliar su aplicación en diversas industrias.

Aunque este tipo de dispositivos han sido mostrados en ferias como el Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas, su acceso para el público en general aún es limitado. Sin embargo, Sánchez Ortega tiene la certeza de que estas innovaciones llegarán pronto a muchas personas, brindándoles la posibilidad de gestionar su bienestar mental con herramientas que cuentan con la investigación más avanzada.

Más allá de los efectos individuales y clínicos, estas innovaciones prometen un impacto considerable en la sociedad. En el sector laboral, pueden disminuir los gastos relacionados con el estrés y elevar la productividad, mientras que en el ámbito educativo, tienen el potencial de enriquecer el rendimiento académico y fomentar el desarrollo de habilidades cognitivas. Asimismo, para aquellos con discapacidades, las interfaces cerebro-computador son una herramienta transformadora que puede elevar su calidad de vida y autonomía.

Por otro lado, la aceptación y el uso masivo de estas tecnologías presentan dilemas éticos y de privacidad. Sánchez Ortega señala que proteger la seguridad y la privacidad de los datos es fundamental, especialmente cuando se trata de información sensible como la actividad cerebral. Esto requiere la implementación de normas claras y la cooperación con especialistas en ética y regulación para garantizar un uso responsable de estas tecnologías.

En última instancia, dispositivos como el MN8 no solo simbolizan un progreso tecnológico, sino también un cambio en nuestra comprensión del bienestar mental. Al ofrecer herramientas accesibles y eficientes para gestionar el estrés, mejorar la atención y maximizar el rendimiento cognitivo, estas innovaciones nos animan a asumir un rol activo en el cuidado de nuestra salud mental. Sánchez Ortega concluye: «Nuestra meta es empoderar a las personas para que asuman el control de su bienestar cognitivo, empleando herramientas respaldadas por la investigación más avanzada. Estamos convencidos de que estas innovaciones tienen el potencial de cambiar vidas».

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