La pasión según San Juan

una Pasión inolvidable

Esta Semana Santa se cumplen 300 años del estreno de la Pasión según San Juan, de Johann Sebastian Bach. Era la ocasión perfecta para traerlo a nuestro festival, ya que, además, ha sido la obra más interpretada en el mismo, siendo la de ayer la duodécima ocasión. Las anteriores fueron en 1975, 1983, 1993, 2001, 2003, 2008, 2010, 2012, 2014, 2016 y 2018. (Datos tomados del libro de Marco Antonio de la Ossa “La Semana de Música Religiosa 1962-2021: análisis, claves y contexto”).

De Andoni Sierra tenía una excelente impresión, dada por una interpretación sorprendente (porque desconocía totalmente su trayectoria) de la Misa en Si de Bach en 2018. Buceando en el tiempo he rescatado parte de mi crítica para este mismo periódico:

“Poco puedo apuntar además de lo dicho en los primeros párrafos sobre la interpretación de Andoni Sierra al frente de Conductus Ensemble. Desde los primeros acordes del Kyrie supimos que nos encontrábamos ante algo grande. Sonaron tan precisos y afinados como desgarradores e imploradores de súplica. El nivel instrumental era tan elevado que los colores de esta orquesta de instrumentos originales nunca dejaban de sorprender. Los fraseos siempre fueron detallados y precisos, en unos tempi ágiles y sin descanso. Las voces solistas triunfaron extraordinarias, expresivas y con un profundo equilibrio”.

Pues bien, lo de ayer fue otra cosa. Mientras escribo, intento recordar todas las emociones y sensaciones de una apuesta que me ha cambiado la percepción de la obra bachiana. El primer causante de todo es el coreógrafo británico Peter Leung. Su apuesta escénica es audaz por su sencillez. No necesita ningún especialista en danza para que funcione, son los propios cantantes quienes desarrollan la propuesta. Un cuadrado blanco en el suelo, el coro vestido de negro, pero con ropa informal. El evangelista (cuya primera aparición me despistó) está trajeado, en otro plano emocional diferente. Jesús presenta un vestido blanco y sobre él irá acumulándose la sangre y el dolor, pero de forma suave, poco a poco, en eterna poesía. Pilatos también utiliza el color negro, pero con chaqueta y corbata. Es el poder que cede a la injusticia por miedo. El coro es tratado escénicamente de manera griega en las intervenciones como actor principal y se adelanta en el escenario cuando canta los corales luteranos. También crean formas por acumulación, auténticas esculturas móviles.
Por ello, mi planteamiento inicial (un coro excesivamente grande y que perdería detalle y plasticidad en las articulaciones) se derrumba cuando se pone al servicio de la escena. Es un todo artístico que requiere ese número de participantes.

La Orquesta de las SMR –una selección de instrumentistas nacionales especializados en música antigua con instrumentos originales— sonó extraordinaria, a la altura de las mejores que hemos visto a lo largo de la historia del festival. No estoy exagerando lo más mínimo y creo que es una idea a profundizar y, por qué no, retomar la idea de la ACADEMIA que funcionó hasta justo antes de la pandemia. Las SMR como centro de formación.

Andoni Sierra no me sorprendió. Ya sabía que era uno de los mayores expertos en Bach de nuestro país. Extrae lo que los demás no conseguimos ver en las partituras y consigue aunar el drama con los tempi exactos para todas las situaciones. Tiene la partitura en la cabeza y su control sobre la situación contagia a todos los músicos.

Hubo muchas más cosas buenas, algunas tan sencillas como utilizar la tecnología para proyectar el libreto en castellano (ya utilizado para la Pasión según San Lucas de Penderezcki el año anterior) y también cosas mejorables, por supuesto. Es evidente que no todos los solistas vocales estuvieron a la misma altura, pero es un dato menor, porque el concepto, en su globalidad, bordeó la genialidad y la belleza casi absoluta. Una Pasión inolvidable.

https://www.enciendecuenca.com/2024/03/30/cuando-el-arte-alcanza-los-limites-de-la-emocion-historica-y-excelsa-pasion-segun-san-juan-en-la-smr/

Cuando el arte alcanza los límites de la emoción; histórica y excelsa “Pasión según San Juan” en la SMR

La Semana de Música Religiosa de Cuenca vivió anoche una de sus noches históricas.
Una de esas veladas que será recordada por los que asistieron y que siempre podrán decir que estuvieron presentes el Viernes Santo de 2024 en el concierto que traspasó los límites de los sentidos y elevó la música de Bach a lugares pocas veces antes transitados por muchos de los presentes. Bach siempre es Bach y la propuesta escénica magnificó la emoción y sobrecogió al espectador que acabó conmovido.

Este año se cumplen 300 años de la primera interpretación por Bach de esta obra maestra en la Iglesia San Nicolás de Leipzig en 1724. La SMR de Cuenca la ha elegido en una versión escenificada para estrenar su propia formación. “La Pasión según San Juan” (BWV245) es la partitura que más veces, doce ocasiones, se ha interpretado en el festival. Su profundidad emocional y expresividad la hacen única. Bach creó una obra que combinaba la riqueza del texto del evangelio con su genialidad musical.

Uno de los atractivos de la propuesta presentada en Cuenca era su puesta en escena. El diseño de Peter Leung fue brillante, al servicio del evangelio 18 y 19 de San Juan,  con contenida escenografía; un sintético marco luminoso acotaba la escena y sirvió como altar, patíbulo y luminosa tumba de Jesús. El trabajo coreográfico maravilló por lo sutil pero colosal de su profundidad conceptual. Toda la fuerza dramática de Bach, todos los claroscuros de su obra maestra fueron guiados por una propuesta escénica que hizo derrumbar al público que experimentó la Pasión de Jesucristo con una empatía estremecedora.

Los más de diez minutos de aplausos, como hace tiempo no se recordaban en la SMR, reflejaron el agradecimiento de los asistentes que vieron su percepción quebrada ante semejante monumento artístico.

La dirección de Andoni Sierra, ahondó con superlativa contención en la interpretación y subrayó lo esencial con delicadeza estremecedora. Los solistas y el coro, regalaron una generosa actuación que incluía un control corporal sobresaliente con un resultado sorprendente por su perfección. Un elenco de protagonistas que conformó un concierto perfecto. Aunque la perfección quizás no existe.

Un bautismo dorado para la Orquesta y Coro SMR de Cuenca que augura fantásticos hitos en el futuro con más producciones redondas como la vivida hoy. Citas que expandan la función de la SMR en más fechas y escenarios con unos músicos de altísimo nivel. Se pronostican más noches históricas como la de este Viernes Santo de 2024.

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