▷ La técnica Feynman: el método para estudiar mejor y más rápido

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En la enseñanza, algunas veces el que más aprende es el profesor.

Pero lo mismo que 2 no discuten si uno no quiere, no sé aprende si uno no quiere.


¿Qué podrían ayudar a conectar con los alumnos?

1. Conectar el aprendizaje con un propósito personal

Muchos estudiantes pierden interés porque no ven la relevancia de lo que estudian en su vida. Un mensaje clave podría ser:
“No estudias solo para aprobar, sino para construir algo que te dé poder: conocimiento que te abra puertas, te haga independiente y te permita crear tu propio camino.”

  • Estrategia: Ayúdales a identificar cómo los temas del curso se relacionan con sus intereses o metas futuras. Por ejemplo, si estudian ingeniería pero no ven el punto, muéstrales cómo un concepto puede aplicarse a algo tangible, como diseñar un producto o resolver un problema real. La Técnica Feynman puede ayudar aquí: pídeles que expliquen un concepto en sus propios términos, conectándolo con algo que les importe.

2. Fomentar la curiosidad a través de preguntas

En lugar de imponer el aprendizaje, despierta su curiosidad haciéndoles preguntas que los hagan pensar. Por ejemplo:
“¿Qué harías si tuvieras que resolver este problema en el mundo real? ¿Cómo usarías esto para mejorar algo que te gusta?”

  • Estrategia: Usa el método socrático o actividades prácticas que los obliguen a cuestionarse y explorar. La Técnica Feynman fomenta este enfoque al pedirles que simplifiquen y expliquen, lo que puede encender una chispa de interés al descubrir que entienden más de lo que creían.

3. Cambiar la mentalidad sobre el fracaso

Muchos estudiantes evitan comprometerse porque temen fallar o no estar a la altura. Puedes decirles:
“No se trata de ser perfecto, sino de avanzar un paso a la vez. Cada error es una oportunidad para entender mejor.”

  • Estrategia: Crea un entorno donde los errores sean parte del proceso de aprendizaje. Por ejemplo, asigna tareas donde deban aplicar la Técnica Feynman (explicar un tema en términos simples) y da retroalimentación positiva, enfocándote en el esfuerzo más que en el resultado.

4. Mostrar el valor del aprendizaje activo

Muchos estudiantes que solo quieren “cubrir el expediente” se enfocan en memorizar para aprobar exámenes, no en aprender. Puedes motivarlos con:
“Memorizar te saca del examen, pero entender te lleva a crear, innovar y destacar en lo que hagas.”

  • Estrategia: Introduce la Técnica Feynman como un juego: pídeles que enseñen un concepto a un compañero o que lo expliquen como si fuera para un niño. Esto no solo hace el aprendizaje más dinámico, sino que también les muestra que entender profundamente es más gratificante que solo aprobar.

5. Ser honestos sobre el “por qué” de la universidad

Algunos estudiantes sienten que la universidad es una obligación social, no una elección propia. Un mensaje directo podría ser:
“Estás aquí porque tienes la oportunidad de construir algo único para ti. Si no quieres aprender por las notas, hazlo por lo que puedes llegar a ser.”

  • Estrategia: Fomenta la reflexión personal. Pídeles que escriban o discutan qué los motiva (o no) y cómo ven su futuro. Relaciona esto con la Técnica Feynman: al explicar algo en sus propios términos, pueden descubrir qué les apasiona o cómo el conocimiento puede servirles.

6. Crear un entorno de aprendizaje significativo

A veces, la falta de interés surge de un sistema educativo que prioriza calificaciones sobre aprendizaje. Como educadores, podemos contrarrestar esto:
“No se trata de la nota, sino de lo que te llevas contigo. Lo que entiendas hoy puede ser la herramienta que uses mañana para cambiar tu vida.”

  • Estrategia: Diseña actividades que rompan la rutina, como proyectos prácticos, debates o problemas del mundo real. La Técnica Feynman encaja aquí al animar a los estudiantes a enseñar lo que aprenden, lo que los hace protagonistas de su propio proceso.

Reflexión final

La Técnica Feynman es una herramienta poderosa porque transforma el aprendizaje en un acto activo y personal, pero no funcionará si el estudiante no encuentra un motivo para involucrarse. La clave es ayudarles a descubrir su “por qué“. Esto puede implicar conversaciones honestas, mostrarles aplicaciones prácticas o simplemente darles espacio para explorar sin miedo al juicio. “No se aprende si uno no quiere“, pero a veces el deseo de aprender surge cuando se encuentra ayuda a ver el valor de lo que están haciendo.

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